Somos en extremo conscientes de los daños en nuestra piel cuando estamos en verano. Pero ¿qué sucede en invierno? Es primordial no olvidarse de los cuidados en la época más fría del año, hay zonas que pueden volverse muy secas y deshidratadas y si no se cuidan, el daño puede ser irreparable.
¿Qué efectos tiene el frío en nuestra piel?
Cuando nos enfretamos al frío, ya sea en la ciudad o en la montaña en un día de deporte o recreación en la nieve, las bajas temperaturas causan vasoconstricción en los capilares de la piel. Esto a su vez hace que no llegue suficiente oxígeno ni nutrientes a las células de la epidermis, dejando la piel desprotegida y con un aspecto apagado.
También se dilata el ciclo renovación celular acumulándose células muertas, lo que causa una incómoda sensación de tirantez y falta de confort debido a que esta capa de células muertas impide que la secreción sebácea natural de la piel llegue a la superficie para lubricar y nutrir la epidermis, dejando la piel seca y sensible.
¿Qué hacer?
En este tiempo es muy importante llevar a cabo un plan de hidratación profundo. Para ello, el uso del bloqueador solar es imprescindible, así como la hidratación de labios y párpados. Para los primeros un bálsamo labial es fundamental y para los párpados el uso de una vaselina en crema si están escamosos es lo ideal, o solo contorno de ojos si la necesidad es de hidratación. Tambien es elemental el uso de antioxidantes.
Para el día lo aconsejable es la Vitamina C, debido a que no solo actúa como antioxidante si no además es el mejor tratamiento para prevenir y aminorar las arrugas. Para la noche, la recomendación es el Resveratrol, pues disminuye el riesgo de formación de tumores inducidos por UV.
Aprovecha la temporada
Como vimos durante el invierno la piel se expone a diversos agentes externos que pueden provocar daños irreparables o difíciles de tratar.
Una herramienta cosmética útil para tener un rostro limpio y sano en esta época es el peeling facial, pues además durante esta estación la radiación UV disminuye, reduciendo el riesgo de que la piel se manche por los rayos del sol.
La rutina idea es una limpieza facial, luego un pelling con ácido mandélico y posteriormente un pelling con láser.
En casa, aprovechar el uso de Alfahidroxiacidos (AHA) durante la noche. Los AHA más utilizados son el ácido glicólico, el retinóico, el cítrico y el mandélico. La mayoría provienen de productos naturales como la caña de azúcar, las manzanas o la leche, pero también son generados en laboratorios cosméticos para su aplicación directa en la piel.
Sus efectos tienen que ver con la generación de colágeno, ideal para los rostros que necesiten de una mayor firmeza y elasticidad, así como una gran hidratación previniendo el envejecimiento debido a la exposición solar.
Paso a paso para una piel radiante